La II República supone, en su bienio más reformista, la concreción de las propuestas del año
17 en las que nacionalistas, republicanos y movimiento obrero plantearon la posibilidad de un
régimen político menos corrupto y más abierto, de un país más descentralizado y de una
sociedad más justa.
Así tras el paréntesis que supone la Dictadura de Primo de Rivera se intentarán estas
reformas explicitadas en la Constitución de 1931, el Estatuto catalán del 32 y la Ley para la
reforma Agraria principal campo de batalla social.
Sin embargo los nuevos políticos estaban poco habituados al poder y tenían numerosos
enemigos: así la sublevación de Sanjurjo en el 32 o los episodios revolucionarios como el de
Casas Viejas. Será, sin embargo, una decisión del conservador Alcalá-Zamora la que les
desaloje del poder.
La Constitución no pudo ser un texto consensuado entre todos los sectores de la vida
política española, algo especialmente notable al tratar de la denominada cuestión religiosa.
El texto fue redactado por una comisión de las Cortes presidida por el diputado socialista
Jiménez de Asúa quien dio un toque claramente de izquierdas (aunque no socialista) a la
Constitución, algo que tenía en común con casi todas las redactadas en la I Posguerra
Mundial.
Además se caracteriza por ser larga, abundante en declaraciones idealistas, entre ellas, el
pacifismo así como en su voluntad de extender los derechos individuales.
Por lo demás era unicameral en contra de los republicanos de centro como AlcaláZamora o
Martínez Barrio que hubieran querido ver la existencia de un Senado moderador o incluso de
los nacionalistas catalanes que deseaban una segunda cámara de tipo federal. La
importancia del parlamentarismo se hacía coincidir con una magistratura presidencial débil
no elegida por los ciudadanos sino por las propias cortes por el periodo de seis años tiempo
en el que sólo podía disolver dos veces la Cámara aunque en la segunda debía dar cuenta
obligatoriamente al parlamento
Dentro de ella destaca la cuestión religiosa: el Estado se declara no confesional y por primera
vez se plantea denegar, en el plazo de dos años, la manutención al clero. Incluso se plantea
la posibilidad de disolver y nacionalizar los bienes de cualquier orden que pusiera en peligro
el nuevo estado.
Junto a los típicos derechos del liberalismo del XIX (domicilio, circulación, prensa, expresión,
reunión, etc.) se consolida el sufragio universal que ahora se hace también femenino no sin
grandes discusiones.
Se contempla, además, el derecho a la propiedad aunque se supedita ésta a los intereses
generales pudiendo llevarse a cabo expropiaciones cuando aquéllos lo demanden algo
parecido al trabajo que debe ser controlado y regulado por el Estado.
Los Estatutos de Autonomía permitidos, otra gran novedad legislativa, debían ser propuestos
por la mayoría de los ayuntamientos, votados por 2/3 de los habitantes y aprobados por las
Cortes. Son relativamente limitados y se aprobaron tres: el catalán en 1932 y, ya en plena
Guerra Civil, el vasco y el gallego.
El poder legislativo es el más poderoso. Reside en unas Cortes unicamerales elegidas para
cuatro años. Controlan abiertamente al ejecutivo y están complementadas por los
parlamentos regionales y los referéndums. El poder ejecutivo reside en el presidente de la
República que es elegido por las Cortes y no directamente por los votantes. El poder judicial
es independiente y vela por el correcto cumplimiento de las leyes. Se crea por vez primera un
organismo, Tribunal de Garantías Constitucionales que vela porque las leyes respeten la
Constitución.
La República había nacido en medio de un ambiente de entusiasmo y unanimidad que era,
en gran medida, el producto de un cambio en la vida política más trascendental que el propio
cambio de régimen; clima que se disolvería muy pronto por la aparición de los problemas de
orden público y religioso.
La cuestión religiosa comienza con la expulsión a mediados de mes de marzo del arzobispo
de Vitoria y prosigue con la del cardenal Segura, primado de Toledo, más justificada que la
anterior por sus continuas alabanzas a la monarquía, el mes siguiente para concluir el 11 de
mayo con la quema de conventos: más de un centenar de edificios religiosos fueron
quemados y, además, esto quedó en adelante cono conclusión a numerosos disturbios
sociales o políticos.
Este cambio en la vida política influyó en el resultado de las Constituyentes del año 31 con el
aplastante triunfo de las candidaturas de la coalición republicano-socialista. Estos últimos
sacarían más de un centenar de diputados cifra a la que se uniría una cifra parecida
resultante de unir los radical-socialistas, los azañistas de Acción Republicana y los diputados
de la Esquerra catalana.
La coalición republicanos de izquierda-socialistas hará, además de la Constitución, otras
reformas:
Reforma militar: Después de haber comenzado en el gobierno provisional con la Ley del
Retiro suprimió numerosos órganos innecesarios como los Consejos Supremos de Marina y
Guerra reduciendo, por otra parte, el número de efectivos fijados finalmente en 107.000 (por
ejemplo los oficiales de 27.000 pasan a 8.000 y los generales de cincuenta y tantos a 21.
Desaparecen, además, los tribunales de Honor y se deroga la polémica Ley de
Jurisdicciones de 1906. No se logró una eficacia parecida en los aspectos más técnicos y el
ejército siguió teniendo numerosas insuficiencias materiales (“no hay cañones, no hay fusiles,no hay municiones” diría Azaña en el Congreso) y además no se consiguió granjearse la
estima de los oficiales que le acusaban de unilateralidad en sus decisiones con medidas tan
polémicas como la supresión de la Academia de Zaragoza dirigida entones por Franco.
Reforma agraria: la Reforma pretendía reestructurar las tierras de latifundio en España
repartiendo a los campesinos tierras estatales (como querían los socialistas) o bien
entregándoles directamente la propiedad (como deseaban los republicanos) a éstos para
lograr su adhesión a la República, el cese de los conflictos sociales y el aumento de la
productividad.
La ley definitiva tardó mucho en presentarse (casi dos años) por las discusiones en el seno
de la mayoría y el obstruccionismo parlamentario de pequeños grupos de derechas. El golpe
de estado de Sanjurjo impulsa en el verano del 32 un proyecto que, por lo demás era
sumamente complejo.
De este modo aunque se pusieron al servicio del Estado un número no desdeñable de
hectáreas sólo se consiguió instalar en ellas a 4.300 campesinos de los 70.000 pensados.
Reforma educativa: realizada por los ministros Marcelino Domingo y Fernando de los Ríos.
Se trata de un gran esfuerzo presupuestario para crear escuelas y maestros que permitieran
aplicar las directrices de la Constitución en el sentido de posibilitar para todos los niños la
escuela obligatoria que además era mixta, gratuita y laica: no se enseña religión y
desaparecen los crucifijos de las escuelas.
Reforma administrativa: Fueron los catalanes, la Esquerra de Macià, los encargados de
redactar el proyecto que fue elaborado en Nùria en diez días de junio del 31. A partir de ahí
se ralentizaría en el congreso de los Diputados por la oposición de la derecha, el Partido
Radical y y de intelectuales como Ortega y Gasset y sólo la Sanjurjada contribuyó a echarlo
hacia delante aprobándose el 9 de septiembre del 32.
Del texto inicial faltaban numerosas e importantes cuestiones como la referencia a la posible
autodeterminación, la soberanía catalana, la declaración del catalán cono única lengua
oficial, la posibilidad de incorporar otros territorios, etc. Sí que tendrá un notable
autogobierno para Cataluña que por ahora no se extenderá a otros puntos del País Vasco al
ser éste religioso y confesional y muy republicanas las propuestas catalanas.
Hay que decir que este bienio inicial de la República estuvo marcado por numerosos
incidentes como los enfrentamientos de jornaleros y la guardia civil o de asalto en Casas
Viejas que abriría una importante grieta entre los republicanos y el mundo obrero. Además la
coalición en el poder tuvo que hacer frente a un intento de golpe de estado por parte de
generales monárquicos que, al mando de Sanjurjo, proclamaron el estado de guerra en
Andalucía en agosto del 32.
Uno de los aspectos más importantes de la cultura durante la II República es la importante
labor pedagógica desarrollada en el bienio 31-33 por Marcelino Domingo y Fernando de los
ríos como ministros de instrucción pública. Entre ambos construyeron en esos dos años casi
15.000 escuelas nuevas que vinieron a paliar el déficit producido por la disminución de la
enseñanza religiosa al mismo tiempo que ampliaban la oferta de la escuela pública,obligatoria, gratuita y mixta en la línea de la Constitución del 31, escuelas posibles también
gracias a la financiación conjunta con los municipios.
También se produjeron importantes avances en el campo de la enseñanza secundaria
donde, por las razones ya expuestas, se logro duplicar el número de institutos y alumnos.
Hay que destacar que esta política constructora se ralentiza en el bienio 33-35 y sólo se
reactivaría tras la victoria del Frente Popular.
Por lo que respecta a la enseñanza superior se conoce uno de los momentos de mayor
apogeo de la Residencia de Estudiantes creada por la ILE para potenciar contactos entre
aquellos estudiantes de provincias que vinieran a Madrid. Allí coincidieron tres de los más
grandes representantes de la cultura española del s. XX unidos por su común interés por el
movimiento surrealista: el pintor Salvador Dalí que se decantaría posteriormente hacia el
bando nacionalista, el exiliado cineasta Luis Buñuel y el fusilado poeta Federico García Lorca;
los dos últimos habían colaborado antes de la República en un documental, Las Hurdes,
tierra sin pan, que había causado un enorme escándalo (se describía la miseria de esta
comarca cacereña) y que luego harían dos películas bien distintas, La Edad de Oro y El perro
andaluz. Lorca, además, había concebido numerosas obras teatrales de éxito como Bodas
de Sangre, Yerma o La casa de Bernarda Alba.
Otra obra muy importante del período es la creación de bibliotecas ambulantes dedicadas a
fomentar la lectura en los pueblos y ciudades, bibliotecas acompañadas de las denominadas
misiones pedagógicas en las que maestros e, incluso, estudiantes y el cine o el teatro a las
zonas más apartadas.
Mención especial merecen dos grupos de actividad teatral, El Búho de Max Aub y sobre
todo la Barraca dirigida por Federico García Lorca y E. Ugarte que representaban obras del
propio Lorca o de Casona junto a un repertorio tradicional de Calderón, Lope de Vega o
Cervantes.
lunes, 12 de abril de 2010
14.2. La dictadura de Primo de Rivera. De la monarquía alfonsina a la Segunda República
La larga duración de la Dictadura de Franco oscurece la anterior, la de Primo de Rivera, del
mismo modo que la guerra civil del 36-39 nos hace olvidar las guerras carlistas. Y, sin
embargo, Primo gobernó de forma totalitaria, como el otro gran dictador fascista de su
época Mussolini (aunque con mucha menos violencia), durante 7 años.
Durante ellos, y al hilo de la bonanza de los felices años 20, se producen avances en obras
públicas como carreteras y pantanos y se llega a una “paz” de orden público y social que
contrasta fuertemente con la situación anterior, especialmente en Cataluña. Por conseguir
Primo logró acabar con el problema de Marruecos que debido al asunto Annual, fue una de
las bases de su golpe de estado.
Pero, poco a poco, los obreros que habían colaborado con él le van abandonando como lo
hizo la burguesía catalana y, al final, el propio ejército hasta llevarle a una situación de difícil
gestión que culmina con su exilio y su desaparición de la memoria colectiva en la que se
oscurece incluso su propia persona tapada por el primer plano al que llega su hijo Jose
Antonio.
El origen del golpe de estado de Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña el 13
de septiembre de 1923, está bastante relacionado con el mundo militar. En concreto con los
deseos de las antiguas Juntas de Defensa (ya desaparecidas)de acabar con el poder político
de la oligarquía (tal y como se refleja en su Manifiesto al país y al ejército elaborado pocos
días después del golpe) así como con el deseo de otro grupo de militares de acabara con el
problema africano, y con los disturbios relativos al orden público interno.
El golpe de estado se produjo sin derramamiento de sangre en Barcelona desde donde se
extendió a todo el país sin que el gobierno pudiera hacer nada. Por su parte el Rey, después
de los momentos iniciales, apoyó claramente a Primo de Rivera (de cuya conspiración no se
sabe si estaba o no enterado) a quien encargó la tarea de formar gobierno en sustitución de
los civiles dimitidos.
Hay que decir que el nuevo golpe de estado recibió un importante apoyo de la burguesía
española, especialmente la catalana la más ”moderna” del país, que veía a alguien dispuesto
a acabar con un sistema político que beneficiaba, básicamente, a la España atrasada de los
terratenientes. A pesar de esto aquellos y otros grupos conservadores como la Iglesia y, por
supuesto, el ejército, no recibieron mal el golpe. Algo que tampoco hizo, sorprendentemente,
una parte del movimiento obrero, concretamente la relacionada con el PSOE y la UGT que, a
diferencia de los anarquistas y el PCE, mantuvieron abiertos sus locales y publicaciones e
incluso colaboraron en algún momento con la política del Dictador.
La primera fase de su actuación se conoce como Directorio Militar (1923-25) por la
importancia que en las instituciones tenían aquéllos, que copaban todos los puestos al
mismo tiempo que se suspendían las garantías constitucionales, se disolvían las Cortes, se
nombraban gobernadores militares en provincias en sustitución de los civiles, gobernadores
que actuarían con mano tan dura que redujeron a la mínima expresión los atentados
(1917-23: 1259; 1923/28: 51) y las huelgas (1923-465); 1924-165), y, finalmente, delegados
gubernativos para controlar los ayuntamientos.
Para acabar esta toma del poder político promovió un nuevo partido, la Unión Patriótica, a la
que estaban obligados a pertenecer los miembros de ayuntamientos y diputaciones
provinciales. Este partido en la práctica venía a mantener el viejo sistema caciquil de la
Restauración ya que ahora algunos de los delegados en los ayuntamientos y de los
gobernadores civiles pertenecían a este partido único legal. Su ideología era claramente
conservadora –Dios, Patria, Religión, era su lema- por lo que sus miembros procedían del
antiguo carlismo, conservadores mauristas, católicos a los que se añadieron burgueses
industriales deseosos de contar con el apoyo del gobierno.
Su primer gran éxito y quizás el más importante fue la resolución del problema marroquí que
preocupaba a todas las clases sociales bien por tener que ir a luchar al frente (grupos
populares) bien por los enormes gastos que la Guerra producía. En septiembre de 1925 y
en unión del ejército francés, que controlaba la otra parte de Marruecos, se produjo el
desembarco en la bahía de Alhucemas que dividió en dos (tras una combinada operación
naval aérea y terrestre (una de las primeras de la historia)) el territorio del líder Abd-el-Krim
que al cabo de siete meses acabó por capitular y entregarse como prisionero a las tropas
francesas.
Tras este importante éxito se constituyó a finales de 1925 el Directorio Civil en el que
aparecerían miembros no militares como el Ministro de Hacienda, José Calvo Sotelo o el de
Fomento Conde de Guadalhorce, probablemente las dos piezas clave del mismo. En una
época en que toda Europa gozaba de excelente salud económica, “los felices 20”Primo de
Rivera aprovechó para introducir cambios fiscales que suponían más ingresos para el Estado
en concepto de capitales invertidos y derechos de sucesión, y para lanzarse a una
importante política de obras públicas: 7.000 km. de carreteras, aumento de la superficie en
regadío y de la red eléctrica llevada a cabo por las Confederaciones Hidrográficas,
introducción de nueva técnicas agrarias, etc.
Así mismo el estado intervenía en política económica exterior gravando con fuertes aranceles
a las empresas extranjeras o en política económica interior creando monopolios como
CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos) controladora de la
importación, refinado y distribución del petróleo.
Igualmente se intervendría en política social creando el seguro de maternidad o el subsidio a
las familias numerosas. Incluso se crearán comités paritarios de empresarios y trabajadores
para propiciar la estabilidad en el trabajo y la disminución de las huelgas. Estos últimos no
acabaría de funcionar por lo que poco a poco perdería el apoyo del movimiento obrero que
había colaborado con él que se va inclinando hacia las nuevas formas de gobierno de tipo
republicano.
También se van separando de él la burguesía catalana, por las defraudadas expectativas de
conseguir algún tipo de autonomía y por la persecución que sufre su lengua, prohibida por
ejemplo en actos eclesiásticos, y el propio ejército, fundamental en los orígenes de su
movimiento, por lo que consideraban un ataque al proponer Primo que los ascensos en el
cuerpo de artillería fueran motivados por méritos y capacidad y no por la antigüedad;
finalmente los estudiantes e intelectuales, que tampoco habían aceptado desde el principio el
régimen y que habían visto aumentar su desapego con decisiones como la destitución de
Miguel de Unamuno, el intelectual más crítico con el Régimen, del rectorado de la
Universidad de Salamanca que, además, había sido desterrado o un proyecto por el cual
estudios cursados en los jesuitas de Deusto o en los agustinos de El Escorial se
consideraban con valor universitario.
Tras la renuncia de Primo de Rivera (enero del 30), el Rey nombra jefe del gobierno al general
Berenguer, el antiguo procesado por Annual, con dos tareas específicas:
Volver al sistema liberal interrumpido por la Dictadura, es decir la Constitución del 76 y las
elecciones más o menos fraudulentas.
Salvar la figura de Alfonso XIII evitando que recayeran sobre el rey responsabilidades por el
golpe de estado y los seis años de Dictadura , algo muy difícil de lograr pues el monarca era
cada vez más asociado a ella y, por lo tanto, impopular entre ciertos sectores de la clase
media y los propios obreros.
A comienzos del 31, y ante la imposibilidad de Berenguer, es relevado por el almirante Aznar
que convoca elecciones municipales para el 12 de abril como primer paso hacia unas
elecciones generales. Estos comicios ven el triunfo de los candidatos republicanos en todas
las grandes ciudades del país lo que constituía un plebiscito antimonárquico. El rey descartó
la resistencia por la fuerza y se exiliaría dando paso el 14 de abril a la II República española
donde Alcalá Zamora de forma provisional asumiría el máximo poder del Estado.
Hay que destacar la gran importancia jugada por el Pacto de San Sebastián (agosto 1930)
en estos acontecimientos. En él se reunieron regionalistas, republicanos históricos, socialista
e incluso constitucionalistas desencantados con la actuación del Rey. Se formulan, entonces,
dos grandes vías: revolucionaria, que llevaría a los pronunciamientos frustrado de Jaca,
terminados con el fusilamiento de los capitanes Galán y García Hernández, y política con
grandes mítines y artículos en la prensa claramente antimonárquicos.
Se formó un comité revolucionario integrado por Alcalá Zamora, Maura, Domingo, Prieto,
Azaña, Albornoz y De los Ríos, los que luego se harían cargo del gobierno provisional, que
lanzaron un manifiesto para derribar a la monarquía acabando por lograrlo en las ya citadas
elecciones municipales de abril.
mismo modo que la guerra civil del 36-39 nos hace olvidar las guerras carlistas. Y, sin
embargo, Primo gobernó de forma totalitaria, como el otro gran dictador fascista de su
época Mussolini (aunque con mucha menos violencia), durante 7 años.
Durante ellos, y al hilo de la bonanza de los felices años 20, se producen avances en obras
públicas como carreteras y pantanos y se llega a una “paz” de orden público y social que
contrasta fuertemente con la situación anterior, especialmente en Cataluña. Por conseguir
Primo logró acabar con el problema de Marruecos que debido al asunto Annual, fue una de
las bases de su golpe de estado.
Pero, poco a poco, los obreros que habían colaborado con él le van abandonando como lo
hizo la burguesía catalana y, al final, el propio ejército hasta llevarle a una situación de difícil
gestión que culmina con su exilio y su desaparición de la memoria colectiva en la que se
oscurece incluso su propia persona tapada por el primer plano al que llega su hijo Jose
Antonio.
El origen del golpe de estado de Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña el 13
de septiembre de 1923, está bastante relacionado con el mundo militar. En concreto con los
deseos de las antiguas Juntas de Defensa (ya desaparecidas)de acabar con el poder político
de la oligarquía (tal y como se refleja en su Manifiesto al país y al ejército elaborado pocos
días después del golpe) así como con el deseo de otro grupo de militares de acabara con el
problema africano, y con los disturbios relativos al orden público interno.
El golpe de estado se produjo sin derramamiento de sangre en Barcelona desde donde se
extendió a todo el país sin que el gobierno pudiera hacer nada. Por su parte el Rey, después
de los momentos iniciales, apoyó claramente a Primo de Rivera (de cuya conspiración no se
sabe si estaba o no enterado) a quien encargó la tarea de formar gobierno en sustitución de
los civiles dimitidos.
Hay que decir que el nuevo golpe de estado recibió un importante apoyo de la burguesía
española, especialmente la catalana la más ”moderna” del país, que veía a alguien dispuesto
a acabar con un sistema político que beneficiaba, básicamente, a la España atrasada de los
terratenientes. A pesar de esto aquellos y otros grupos conservadores como la Iglesia y, por
supuesto, el ejército, no recibieron mal el golpe. Algo que tampoco hizo, sorprendentemente,
una parte del movimiento obrero, concretamente la relacionada con el PSOE y la UGT que, a
diferencia de los anarquistas y el PCE, mantuvieron abiertos sus locales y publicaciones e
incluso colaboraron en algún momento con la política del Dictador.
La primera fase de su actuación se conoce como Directorio Militar (1923-25) por la
importancia que en las instituciones tenían aquéllos, que copaban todos los puestos al
mismo tiempo que se suspendían las garantías constitucionales, se disolvían las Cortes, se
nombraban gobernadores militares en provincias en sustitución de los civiles, gobernadores
que actuarían con mano tan dura que redujeron a la mínima expresión los atentados
(1917-23: 1259; 1923/28: 51) y las huelgas (1923-465); 1924-165), y, finalmente, delegados
gubernativos para controlar los ayuntamientos.
Para acabar esta toma del poder político promovió un nuevo partido, la Unión Patriótica, a la
que estaban obligados a pertenecer los miembros de ayuntamientos y diputaciones
provinciales. Este partido en la práctica venía a mantener el viejo sistema caciquil de la
Restauración ya que ahora algunos de los delegados en los ayuntamientos y de los
gobernadores civiles pertenecían a este partido único legal. Su ideología era claramente
conservadora –Dios, Patria, Religión, era su lema- por lo que sus miembros procedían del
antiguo carlismo, conservadores mauristas, católicos a los que se añadieron burgueses
industriales deseosos de contar con el apoyo del gobierno.
Su primer gran éxito y quizás el más importante fue la resolución del problema marroquí que
preocupaba a todas las clases sociales bien por tener que ir a luchar al frente (grupos
populares) bien por los enormes gastos que la Guerra producía. En septiembre de 1925 y
en unión del ejército francés, que controlaba la otra parte de Marruecos, se produjo el
desembarco en la bahía de Alhucemas que dividió en dos (tras una combinada operación
naval aérea y terrestre (una de las primeras de la historia)) el territorio del líder Abd-el-Krim
que al cabo de siete meses acabó por capitular y entregarse como prisionero a las tropas
francesas.
Tras este importante éxito se constituyó a finales de 1925 el Directorio Civil en el que
aparecerían miembros no militares como el Ministro de Hacienda, José Calvo Sotelo o el de
Fomento Conde de Guadalhorce, probablemente las dos piezas clave del mismo. En una
época en que toda Europa gozaba de excelente salud económica, “los felices 20”Primo de
Rivera aprovechó para introducir cambios fiscales que suponían más ingresos para el Estado
en concepto de capitales invertidos y derechos de sucesión, y para lanzarse a una
importante política de obras públicas: 7.000 km. de carreteras, aumento de la superficie en
regadío y de la red eléctrica llevada a cabo por las Confederaciones Hidrográficas,
introducción de nueva técnicas agrarias, etc.
Así mismo el estado intervenía en política económica exterior gravando con fuertes aranceles
a las empresas extranjeras o en política económica interior creando monopolios como
CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos) controladora de la
importación, refinado y distribución del petróleo.
Igualmente se intervendría en política social creando el seguro de maternidad o el subsidio a
las familias numerosas. Incluso se crearán comités paritarios de empresarios y trabajadores
para propiciar la estabilidad en el trabajo y la disminución de las huelgas. Estos últimos no
acabaría de funcionar por lo que poco a poco perdería el apoyo del movimiento obrero que
había colaborado con él que se va inclinando hacia las nuevas formas de gobierno de tipo
republicano.
También se van separando de él la burguesía catalana, por las defraudadas expectativas de
conseguir algún tipo de autonomía y por la persecución que sufre su lengua, prohibida por
ejemplo en actos eclesiásticos, y el propio ejército, fundamental en los orígenes de su
movimiento, por lo que consideraban un ataque al proponer Primo que los ascensos en el
cuerpo de artillería fueran motivados por méritos y capacidad y no por la antigüedad;
finalmente los estudiantes e intelectuales, que tampoco habían aceptado desde el principio el
régimen y que habían visto aumentar su desapego con decisiones como la destitución de
Miguel de Unamuno, el intelectual más crítico con el Régimen, del rectorado de la
Universidad de Salamanca que, además, había sido desterrado o un proyecto por el cual
estudios cursados en los jesuitas de Deusto o en los agustinos de El Escorial se
consideraban con valor universitario.
Tras la renuncia de Primo de Rivera (enero del 30), el Rey nombra jefe del gobierno al general
Berenguer, el antiguo procesado por Annual, con dos tareas específicas:
Volver al sistema liberal interrumpido por la Dictadura, es decir la Constitución del 76 y las
elecciones más o menos fraudulentas.
Salvar la figura de Alfonso XIII evitando que recayeran sobre el rey responsabilidades por el
golpe de estado y los seis años de Dictadura , algo muy difícil de lograr pues el monarca era
cada vez más asociado a ella y, por lo tanto, impopular entre ciertos sectores de la clase
media y los propios obreros.
A comienzos del 31, y ante la imposibilidad de Berenguer, es relevado por el almirante Aznar
que convoca elecciones municipales para el 12 de abril como primer paso hacia unas
elecciones generales. Estos comicios ven el triunfo de los candidatos republicanos en todas
las grandes ciudades del país lo que constituía un plebiscito antimonárquico. El rey descartó
la resistencia por la fuerza y se exiliaría dando paso el 14 de abril a la II República española
donde Alcalá Zamora de forma provisional asumiría el máximo poder del Estado.
Hay que destacar la gran importancia jugada por el Pacto de San Sebastián (agosto 1930)
en estos acontecimientos. En él se reunieron regionalistas, republicanos históricos, socialista
e incluso constitucionalistas desencantados con la actuación del Rey. Se formulan, entonces,
dos grandes vías: revolucionaria, que llevaría a los pronunciamientos frustrado de Jaca,
terminados con el fusilamiento de los capitanes Galán y García Hernández, y política con
grandes mítines y artículos en la prensa claramente antimonárquicos.
Se formó un comité revolucionario integrado por Alcalá Zamora, Maura, Domingo, Prieto,
Azaña, Albornoz y De los Ríos, los que luego se harían cargo del gobierno provisional, que
lanzaron un manifiesto para derribar a la monarquía acabando por lograrlo en las ya citadas
elecciones municipales de abril.
14.1. Panorama general del reinado de Alfonso XIII. Intentos de modernización. El Regeneracionismo. Crisis y quiebra del sistema de la Restauración. L
Tras los sucesos del 98, la venta y pérdida de los últimos restos coloniales españoles
especialmente Cuba y Filipinas, producidos bajo la regencia de su madre María Cristina de
Habsburgo, el inicio del reinado de Alfonso XIII está marcado por los intentos revisionistas de
Maura y Canalejas.
El primero centrado en la Ley de las Mancomunidades y en quitar poder a los caciques
acabaría frustrado por los propios diputados restauradores antes de que la Semana Trágica
obligará a Maura a dimitir. Le sucede Canalejas en la intención renovadora con un amplio
programa del que destaca la Ley de Órdenes Religiosas también frustrada a la larga en la
Cámara antes de su asesinato por un anarquista en Madrid.
Dato y Romanones son los últimos que intentan arreglar la situación pero la crisis de 1917
muestra la imposibilidad de conciliar caciquismo con las propuestas de regionalistas y
republicanos; el descontento de los militares, hasta ahora bien integrados en el sistema
restaurador, y la primera gran huelga general del movimiento obrero español en el
emblemático año de 1917.
Tras ellos los gobiernos se suceden unos tras otros si aportar nada a la marcha del país. Es
más la situación se deteriora en Marruecos con el desastre de Annual en 1919 cuya
depuración de responsabilidades, junto a la situación del orden público en Cataluña, está en
la base del pronunciamiento de Primo de Rivera
Durante sus años en el poder, y al hilo de la bonanza de los felices años 20, se
producen avances en obras públicas como carreteras y pantanos y se llega a una “paz” de
orden público y social que contrasta fuertemente con la situación anterior, especialmente en
Cataluña. Por conseguir Primo logró acabar con el problema de Marruecos tras el
desembarco en Alhucemas.
Pero, poco a poco, los obreros que habían colaborado con él le van abandonando
como lo hizo la burguesía catalana y, al final, el propio ejército hasta llevarle a una situación
de difícil gestión que culmina con su exilio y dos frustrados intentos de volver a la normalidad
con Berenguer y Aznar que no impedirían la llegada de la II República.
Entre 1902 y 1908 se produce la toma de contacto de Alfonso XIII con la realidad. Es un
momento de inestabilidad gubernamental y de expresión de deseos de regenerar el sistema
desde dentro y fuera de éste como lo hizo Joaquín Costa cuando, a raíz del desastre del 98,acusaba a los políticos de haber abandonado la nación en beneficio de los poderosos.
Aquellos, por su parte, atraviesan problemas de liderazgo, después de Cánovas y Sagasta,
hasta que en torno a 1910 les sucedan Maura y Canalejas respectivamente.
Será Maura el primero que logre cierta estabilidad política para llevar a cabo una política de
“revolución desde arriba” entre 1907 y 1909. Entre sus proyectos destaca su intento de
entenderse con el catalanismo político personificado en la LLiga y su dirigente Cambó. A
ellos les iría destinada una ley que permitía el mancomunamiento de entidades locales y
provinciales que no logró hacerse aprobar por las Cortes.
Éstas seguían dominadas por los caciques a los que intentó quitar peso electoral declarando
obligatorio el voto (para evitar que forzaran a la gente a no hacerlo) y haciendo que los
escaños con un solo candidato se adjudicarán automáticamente (para evitar que hubiera una
falsa lucha electoral) a pesar de lo cual su resultado no sería el esperado. Además Maura
elaboró otras leyes importantes como las relativas a lograr la reconstrucción del poder naval
español o las relacionadas con el establecimiento de inspecciones de trabajo. Su labor sería
frenada, finalmente, por los sucesos de la Semana Trágica Catalana y la polémica
internacional sobre el fusilamiento de Ferrer i Guardia, que dan paso a una época liberal.
Ésta se personificaría en José Canalejas quien también intentaría cambiar el sistema desde
arriba entre 1910 y 1912: establecimiento de jornadas de 9 horas en las minas, regulación
del trabajo femenino, abolición del impuesto de “consumos” sustituido por otro relacionado
con las rentas urbanas, es decir cambiando un impuesto indirecto (e impopular) por otro
directo y progresivo (más justo y equitativo). Además intentó evitar la sustitución en el caso
del servicio militar algo que sólo logró para casos de guerra cuando todo el mundo debía
incorporarse.
Canalejas, antes de su asesinato en 1912, estableció una ley que limitaba la expansión de
las órdenes religiosas y que tenía por objetivo que monjes franceses, y extranjeros en
general, huyendo de sus leyes, se establecieran en el país. Sin embargo una posterior ley
sobre garantías a las asociaciones, que debía ser aprobada para que el texto sobre órdenes
religiosas entrara en vigor, no consiguió salir adelante con lo cual los religiosos siguieron
estableciéndose sin problemas.
A su muerte se comienza a ver la crisis del turnismo por más que figuras como Romanones
o Dato intentarán un nuevo relevo en el liderazgo de los partidos a pesar de que sí se
aprueben ahora leyes como la de las Mancomunidades o se afiance el Protectorado en
África: la triple crisis militar, política y social de 1917 es buena prueba de ello. Después de
ésta numerosos gabinetes, a menudo muy breves, intentarán enderezar la situación pero se
encuentran con su propia debilidad (producto del fraccionamiento interno de los partidos) la
propia envergadura de los problemas, singularmente los relativos a las protestas obreras
(especialmente en Cataluña) y el deterioro de la situación africana tras el desastre de Annual,
hechos todos ellos, junto a un hastío en la opinión pública y en el pensamiento del Rey, que
hicieron posible la llegada tan pacífica de la Dictadura de Primo de Rivera en septiembre de
1923.
Inicialmente es un movimiento de opinión que propone soluciones ante la crisis generada por
la derrota colonial del 98. Creen que el sistema ha fracasado pero no está agotado.
Simplemente no ha conectado con las masas del país al ser un sistema de minorías: contar
con aquellas es paso previo para regenerar el sistema.
Joaquín Costa ( 1846-1911) es el formulador de una nueva política que defendía el
alejamiento de los intereses de la oligarquía y la introducción de políticas nuevas en materia
de construcción de carretera , obras hidraúlicas, creación de escuelas, redistribución de la
tierra, etc. y todo ello mediante la captación del voto de las masas apartadas del sistema.
Costa buscaba conciliar capital y trabajo y apoyarse en las clases medias para acabar con la
“guerra” entre patronos y obreros. Le interesaba la europeización del país pero también la
autonomía local. Busca restablecer el colectivismo agrario tradicional tan dañado por la
desamortización de bienes comunales.
Intentó articular un movimiento político a partir de la Unión Nacional de Productores
poniendo especial atención en evitar una revolución social creando la figura del “cirujano de
hierro” que llevara la nación hacia el progreso. Fracasó porque quiso hacer un partido político
independiente que formara parte, incluso, del consejo de ministros, aunque sus ideas
quedaron como patrimonio común de derechas e izquierdas: la figura del “cirujano de hierro”
atraería poderosamente a los futuros dictadores tanto como a la izquierda republicana de los
años 20.
Además de Costa los escritores de la “generación del 98” describirían ese alejamiento entre
política oficial y vida real o la reflexión sobre la identidad nacional y el atraso con respecto a
Europa.
La actitud de Unamuno, Baroja, Machado, Maeztu y otros no trascendió políticamente al no
presentar propuestas concretas aunque sí aportaciones individuales de carácter moral y
social: el concepto de Machado de “las dos Españas” entendido como una lucha entre el
librepensamiento europeísta y el tradicionalismo católico o simplemente entre el
analfabetismo rural y las grandes ciudades es buena prueba de ello.
La crisis de 1909 se nota especialmente en Barcelona y Cataluña, las dos zonas más
industrializadas del país donde recibe el nombre de Semana Trágica. Conoce
manifestaciones de protesta extremas como el levantamiento de barricadas en las calles, la
quema de conventos o el corte de comunicaciones con España. Será respondida con la
declaración del estado de guerra y la represión del ejército con cinco obreros fusilados y la
ejecución del pedagogo libertario Ferrrer i Guardia al que por sus ideas se consideraba
instigador de los hechos.
El origen de la misma tiene que ver con la llamada a los reservistas para pelear en
Marruecos. La mayoría de ellos estaban casados, tenían hijos y no querían ir a luchar a una
guerra donde pensaban sólo se servían intereses de los militares que buscaban ascensos o
los intereses mineros del Rif. A ello se le añadirá el tradicional descontento obrero por su
mala situación económico-social y un fuerte anticlericalismo alimentado por Lerroux y la
tradición anarquista catalana.
Aparte de los muertos y detenidos (más de 1000) la Semana Trágica trajo consigo la caída
del conservador Maura, el encuentro entre republicanos y socialista (que se hará más
patente en el 31) y la mala imagen de España en el extranjero como consecuencia del
fusilamiento de Ferrer que dio pié a hablar de nuevo de la tradición inquisitorial española.
1917 es el momento más duro de la Restauración, aquél en que las fuerzas mantenidas al
margen, movimiento obrero, regionalismo y socialismo toman un protagonismo de primer
orden. La presión del sistema se acentuará cuando uno de sus principales logros, haber
mantenido a los militares en sus cuarteles después de los continuos pronunciamientos del
XIX, salte también por los aires con las Juntas de Defensa Militares establecidas ahora.
De alguna manera podemos decir que el 17 es preludio de lo que vendrá después, de la II
República protagonizada obviamente por republicanos pero también por nacionalistas y
movimiento obrero presentes los primeros y segundos en la Asamblea de Parlamentarios;
actores los terceros de la primera gran huelga política de la Restauración. Por su parte los
militares anuncian la vuelta a los pronunciamientos del s, XIX que no tardarán, en forma
distinta lógicamente, en volver con las Dictaduras de Primo de Rivera y del General Franco
después.
Podemos considerar, por lo tanto, que esta fecha marca una oportunidad perdida para una
posible democracia española libre del parlamentarismo caciquil por un lado y de la tutela
militar por otro, democracia que integraría, además, sin sobresaltos las propuestas más
básicas del movimiento obrero.
Es la voluntad de otros que España recupere en algo su condición perdida de país colonial.
Es, pues, la desconfianza entre Gran Bretaña y Francia por el control del Estrecho el origen
de la presencia militar en Marruecos.
Eso sí la dominación española, como se vio desde el primer momento, iba a costar mucha
sangre en la pacificación y mantenimiento y pronto se incorporarían a la mentalidad popular
nombres como el del Barranco del Lobo o el del Gurugú, sinónimos de tragedias y
desgracias.
En la Península esta aventura causó poco entusiasmo desde el principio excepto, quizás,
entre los beneficiarios de las minas del Rif. Por otra parte constituyó una fuente de
problemas tan graves como la Semana Trágica catalana, reservistas que se niegan a volver a
Africa, o la propia Dictadura de Primo de Rivera conectada con el Informe Picasso sobre el
desastre de Annual.
Marruecos es clave, por último, en la historia española por ser lugar de formación de
muchos de los generales que habían de protagonizar la Guerra Civil española, muchas veces
acompañados por tropas africanas que jugarían un papel de fuerza de choque nada
desdeñables.
En 1919 y ante la lentitud de los avances en pacificar Marruecos se hicieron cargo de las
operaciones los generales Silvestre y Berenguer que, al principio, consiguieron algunos éxitos
aunque pronto hubo de enfrentarse al levantamiento de Abd-el-krim.
Alentado por sus éxitos, y quizás por Alfonso XIII, el general Silvestre imtentó llegar al punto
clave de Alhucemas acumulando sus tropas en Annual en posiciones difíciles de defender y
separado de su retaguardia.
Como las cosas no parecían ir bien decidió evacuar la fortaleza, acción nefasta en la que
perecieron 12.000 soldados españoles generando una enorme campaña de protesta en el
país donde se exigió desde la retirada de Marruecos hasta un juicio por lo sucedido.
El juicio, que nunca llegó a celebrarse se basaba en el Informe del General Picasso que
encontró numerosas responsabilidades, entre ellas las del propio Berenguer. Todas estas
responsabilidades quedaron olvidadas tras la Dictadura de Primo de Rivera en cuyo origen
está el desastre como una causa importante que buscaba evitar el desprestigio del ejército.
especialmente Cuba y Filipinas, producidos bajo la regencia de su madre María Cristina de
Habsburgo, el inicio del reinado de Alfonso XIII está marcado por los intentos revisionistas de
Maura y Canalejas.
El primero centrado en la Ley de las Mancomunidades y en quitar poder a los caciques
acabaría frustrado por los propios diputados restauradores antes de que la Semana Trágica
obligará a Maura a dimitir. Le sucede Canalejas en la intención renovadora con un amplio
programa del que destaca la Ley de Órdenes Religiosas también frustrada a la larga en la
Cámara antes de su asesinato por un anarquista en Madrid.
Dato y Romanones son los últimos que intentan arreglar la situación pero la crisis de 1917
muestra la imposibilidad de conciliar caciquismo con las propuestas de regionalistas y
republicanos; el descontento de los militares, hasta ahora bien integrados en el sistema
restaurador, y la primera gran huelga general del movimiento obrero español en el
emblemático año de 1917.
Tras ellos los gobiernos se suceden unos tras otros si aportar nada a la marcha del país. Es
más la situación se deteriora en Marruecos con el desastre de Annual en 1919 cuya
depuración de responsabilidades, junto a la situación del orden público en Cataluña, está en
la base del pronunciamiento de Primo de Rivera
Durante sus años en el poder, y al hilo de la bonanza de los felices años 20, se
producen avances en obras públicas como carreteras y pantanos y se llega a una “paz” de
orden público y social que contrasta fuertemente con la situación anterior, especialmente en
Cataluña. Por conseguir Primo logró acabar con el problema de Marruecos tras el
desembarco en Alhucemas.
Pero, poco a poco, los obreros que habían colaborado con él le van abandonando
como lo hizo la burguesía catalana y, al final, el propio ejército hasta llevarle a una situación
de difícil gestión que culmina con su exilio y dos frustrados intentos de volver a la normalidad
con Berenguer y Aznar que no impedirían la llegada de la II República.
Entre 1902 y 1908 se produce la toma de contacto de Alfonso XIII con la realidad. Es un
momento de inestabilidad gubernamental y de expresión de deseos de regenerar el sistema
desde dentro y fuera de éste como lo hizo Joaquín Costa cuando, a raíz del desastre del 98,acusaba a los políticos de haber abandonado la nación en beneficio de los poderosos.
Aquellos, por su parte, atraviesan problemas de liderazgo, después de Cánovas y Sagasta,
hasta que en torno a 1910 les sucedan Maura y Canalejas respectivamente.
Será Maura el primero que logre cierta estabilidad política para llevar a cabo una política de
“revolución desde arriba” entre 1907 y 1909. Entre sus proyectos destaca su intento de
entenderse con el catalanismo político personificado en la LLiga y su dirigente Cambó. A
ellos les iría destinada una ley que permitía el mancomunamiento de entidades locales y
provinciales que no logró hacerse aprobar por las Cortes.
Éstas seguían dominadas por los caciques a los que intentó quitar peso electoral declarando
obligatorio el voto (para evitar que forzaran a la gente a no hacerlo) y haciendo que los
escaños con un solo candidato se adjudicarán automáticamente (para evitar que hubiera una
falsa lucha electoral) a pesar de lo cual su resultado no sería el esperado. Además Maura
elaboró otras leyes importantes como las relativas a lograr la reconstrucción del poder naval
español o las relacionadas con el establecimiento de inspecciones de trabajo. Su labor sería
frenada, finalmente, por los sucesos de la Semana Trágica Catalana y la polémica
internacional sobre el fusilamiento de Ferrer i Guardia, que dan paso a una época liberal.
Ésta se personificaría en José Canalejas quien también intentaría cambiar el sistema desde
arriba entre 1910 y 1912: establecimiento de jornadas de 9 horas en las minas, regulación
del trabajo femenino, abolición del impuesto de “consumos” sustituido por otro relacionado
con las rentas urbanas, es decir cambiando un impuesto indirecto (e impopular) por otro
directo y progresivo (más justo y equitativo). Además intentó evitar la sustitución en el caso
del servicio militar algo que sólo logró para casos de guerra cuando todo el mundo debía
incorporarse.
Canalejas, antes de su asesinato en 1912, estableció una ley que limitaba la expansión de
las órdenes religiosas y que tenía por objetivo que monjes franceses, y extranjeros en
general, huyendo de sus leyes, se establecieran en el país. Sin embargo una posterior ley
sobre garantías a las asociaciones, que debía ser aprobada para que el texto sobre órdenes
religiosas entrara en vigor, no consiguió salir adelante con lo cual los religiosos siguieron
estableciéndose sin problemas.
A su muerte se comienza a ver la crisis del turnismo por más que figuras como Romanones
o Dato intentarán un nuevo relevo en el liderazgo de los partidos a pesar de que sí se
aprueben ahora leyes como la de las Mancomunidades o se afiance el Protectorado en
África: la triple crisis militar, política y social de 1917 es buena prueba de ello. Después de
ésta numerosos gabinetes, a menudo muy breves, intentarán enderezar la situación pero se
encuentran con su propia debilidad (producto del fraccionamiento interno de los partidos) la
propia envergadura de los problemas, singularmente los relativos a las protestas obreras
(especialmente en Cataluña) y el deterioro de la situación africana tras el desastre de Annual,
hechos todos ellos, junto a un hastío en la opinión pública y en el pensamiento del Rey, que
hicieron posible la llegada tan pacífica de la Dictadura de Primo de Rivera en septiembre de
1923.
Inicialmente es un movimiento de opinión que propone soluciones ante la crisis generada por
la derrota colonial del 98. Creen que el sistema ha fracasado pero no está agotado.
Simplemente no ha conectado con las masas del país al ser un sistema de minorías: contar
con aquellas es paso previo para regenerar el sistema.
Joaquín Costa ( 1846-1911) es el formulador de una nueva política que defendía el
alejamiento de los intereses de la oligarquía y la introducción de políticas nuevas en materia
de construcción de carretera , obras hidraúlicas, creación de escuelas, redistribución de la
tierra, etc. y todo ello mediante la captación del voto de las masas apartadas del sistema.
Costa buscaba conciliar capital y trabajo y apoyarse en las clases medias para acabar con la
“guerra” entre patronos y obreros. Le interesaba la europeización del país pero también la
autonomía local. Busca restablecer el colectivismo agrario tradicional tan dañado por la
desamortización de bienes comunales.
Intentó articular un movimiento político a partir de la Unión Nacional de Productores
poniendo especial atención en evitar una revolución social creando la figura del “cirujano de
hierro” que llevara la nación hacia el progreso. Fracasó porque quiso hacer un partido político
independiente que formara parte, incluso, del consejo de ministros, aunque sus ideas
quedaron como patrimonio común de derechas e izquierdas: la figura del “cirujano de hierro”
atraería poderosamente a los futuros dictadores tanto como a la izquierda republicana de los
años 20.
Además de Costa los escritores de la “generación del 98” describirían ese alejamiento entre
política oficial y vida real o la reflexión sobre la identidad nacional y el atraso con respecto a
Europa.
La actitud de Unamuno, Baroja, Machado, Maeztu y otros no trascendió políticamente al no
presentar propuestas concretas aunque sí aportaciones individuales de carácter moral y
social: el concepto de Machado de “las dos Españas” entendido como una lucha entre el
librepensamiento europeísta y el tradicionalismo católico o simplemente entre el
analfabetismo rural y las grandes ciudades es buena prueba de ello.
La crisis de 1909 se nota especialmente en Barcelona y Cataluña, las dos zonas más
industrializadas del país donde recibe el nombre de Semana Trágica. Conoce
manifestaciones de protesta extremas como el levantamiento de barricadas en las calles, la
quema de conventos o el corte de comunicaciones con España. Será respondida con la
declaración del estado de guerra y la represión del ejército con cinco obreros fusilados y la
ejecución del pedagogo libertario Ferrrer i Guardia al que por sus ideas se consideraba
instigador de los hechos.
El origen de la misma tiene que ver con la llamada a los reservistas para pelear en
Marruecos. La mayoría de ellos estaban casados, tenían hijos y no querían ir a luchar a una
guerra donde pensaban sólo se servían intereses de los militares que buscaban ascensos o
los intereses mineros del Rif. A ello se le añadirá el tradicional descontento obrero por su
mala situación económico-social y un fuerte anticlericalismo alimentado por Lerroux y la
tradición anarquista catalana.
Aparte de los muertos y detenidos (más de 1000) la Semana Trágica trajo consigo la caída
del conservador Maura, el encuentro entre republicanos y socialista (que se hará más
patente en el 31) y la mala imagen de España en el extranjero como consecuencia del
fusilamiento de Ferrer que dio pié a hablar de nuevo de la tradición inquisitorial española.
1917 es el momento más duro de la Restauración, aquél en que las fuerzas mantenidas al
margen, movimiento obrero, regionalismo y socialismo toman un protagonismo de primer
orden. La presión del sistema se acentuará cuando uno de sus principales logros, haber
mantenido a los militares en sus cuarteles después de los continuos pronunciamientos del
XIX, salte también por los aires con las Juntas de Defensa Militares establecidas ahora.
De alguna manera podemos decir que el 17 es preludio de lo que vendrá después, de la II
República protagonizada obviamente por republicanos pero también por nacionalistas y
movimiento obrero presentes los primeros y segundos en la Asamblea de Parlamentarios;
actores los terceros de la primera gran huelga política de la Restauración. Por su parte los
militares anuncian la vuelta a los pronunciamientos del s, XIX que no tardarán, en forma
distinta lógicamente, en volver con las Dictaduras de Primo de Rivera y del General Franco
después.
Podemos considerar, por lo tanto, que esta fecha marca una oportunidad perdida para una
posible democracia española libre del parlamentarismo caciquil por un lado y de la tutela
militar por otro, democracia que integraría, además, sin sobresaltos las propuestas más
básicas del movimiento obrero.
Es la voluntad de otros que España recupere en algo su condición perdida de país colonial.
Es, pues, la desconfianza entre Gran Bretaña y Francia por el control del Estrecho el origen
de la presencia militar en Marruecos.
Eso sí la dominación española, como se vio desde el primer momento, iba a costar mucha
sangre en la pacificación y mantenimiento y pronto se incorporarían a la mentalidad popular
nombres como el del Barranco del Lobo o el del Gurugú, sinónimos de tragedias y
desgracias.
En la Península esta aventura causó poco entusiasmo desde el principio excepto, quizás,
entre los beneficiarios de las minas del Rif. Por otra parte constituyó una fuente de
problemas tan graves como la Semana Trágica catalana, reservistas que se niegan a volver a
Africa, o la propia Dictadura de Primo de Rivera conectada con el Informe Picasso sobre el
desastre de Annual.
Marruecos es clave, por último, en la historia española por ser lugar de formación de
muchos de los generales que habían de protagonizar la Guerra Civil española, muchas veces
acompañados por tropas africanas que jugarían un papel de fuerza de choque nada
desdeñables.
En 1919 y ante la lentitud de los avances en pacificar Marruecos se hicieron cargo de las
operaciones los generales Silvestre y Berenguer que, al principio, consiguieron algunos éxitos
aunque pronto hubo de enfrentarse al levantamiento de Abd-el-krim.
Alentado por sus éxitos, y quizás por Alfonso XIII, el general Silvestre imtentó llegar al punto
clave de Alhucemas acumulando sus tropas en Annual en posiciones difíciles de defender y
separado de su retaguardia.
Como las cosas no parecían ir bien decidió evacuar la fortaleza, acción nefasta en la que
perecieron 12.000 soldados españoles generando una enorme campaña de protesta en el
país donde se exigió desde la retirada de Marruecos hasta un juicio por lo sucedido.
El juicio, que nunca llegó a celebrarse se basaba en el Informe del General Picasso que
encontró numerosas responsabilidades, entre ellas las del propio Berenguer. Todas estas
responsabilidades quedaron olvidadas tras la Dictadura de Primo de Rivera en cuyo origen
está el desastre como una causa importante que buscaba evitar el desprestigio del ejército.
lunes, 8 de marzo de 2010
Historia de la filosofia pau 2009-2010 examen 4
Historia de la filosofia pau 2009-2010 examen 4
TEXTO II
1 Nuestro autor piensa "que ningún descubrimiento podría haberse hecho más
2 felizmente para decidir todas las controversias relativas a las ideas que este: que las
3 impresiones son siempre los precedentes de ellas, y que toda idea con que sea
4 equipada la imaginación, hace primeramente su aparición en una correspondiente
5 impresión. Estas últimas percepciones son todas tan claras y evidentes, que no
6 admiten controversia; si bien muchas de nuestras ideas son tan oscuras, que es casi
7 imposible incluso para la mente, que las forma, decir exactamente su naturaleza y
8 composición". De acuerdo con ello, cuando una idea es ambigua, nuestro autor apela
9 siempre al recurso a la impresión, que ha de tornarla clara y precisa. Y cuando
10 sospecha que un término filosófico no tiene idea alguna aneja a él (como es harto
11 común) pregunta siempre ¿de qué impresión se deriva esta idea? Y si no puede
12 aducirse impresión alguna, concluye que el término es del todo irrelevante. De esta
13 manera es como examina nuestra idea de sustancia y esencia; y sería de desear que
14 este riguroso método fuese más practicado en todos los debates filosóficos.
[D. HUME, Compendio de un tratado de la naturaleza humana, traducción de C.
García Trevijano y A. García Artal].
CUESTIONES:
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ª. Define los términos relacionados “impresión” e “idea”, partiendo de la
información
5
ofrecida por el texto y completándola con los conocimientos que tengas de la
filosofía del autor.
3ª Redacción: Empirismo y causalidad en Hume.
4ª Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que
juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con otros filósofos,
con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen
relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporáneo.
TEXTO II
1 Nuestro autor piensa "que ningún descubrimiento podría haberse hecho más
2 felizmente para decidir todas las controversias relativas a las ideas que este: que las
3 impresiones son siempre los precedentes de ellas, y que toda idea con que sea
4 equipada la imaginación, hace primeramente su aparición en una correspondiente
5 impresión. Estas últimas percepciones son todas tan claras y evidentes, que no
6 admiten controversia; si bien muchas de nuestras ideas son tan oscuras, que es casi
7 imposible incluso para la mente, que las forma, decir exactamente su naturaleza y
8 composición". De acuerdo con ello, cuando una idea es ambigua, nuestro autor apela
9 siempre al recurso a la impresión, que ha de tornarla clara y precisa. Y cuando
10 sospecha que un término filosófico no tiene idea alguna aneja a él (como es harto
11 común) pregunta siempre ¿de qué impresión se deriva esta idea? Y si no puede
12 aducirse impresión alguna, concluye que el término es del todo irrelevante. De esta
13 manera es como examina nuestra idea de sustancia y esencia; y sería de desear que
14 este riguroso método fuese más practicado en todos los debates filosóficos.
[D. HUME, Compendio de un tratado de la naturaleza humana, traducción de C.
García Trevijano y A. García Artal].
CUESTIONES:
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ª. Define los términos relacionados “impresión” e “idea”, partiendo de la
información
5
ofrecida por el texto y completándola con los conocimientos que tengas de la
filosofía del autor.
3ª Redacción: Empirismo y causalidad en Hume.
4ª Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que
juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con otros filósofos,
con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen
relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporáneo.
Historia de la filosofia pau 2009-2010 examen 3
Historia de la filosofia pau 2009-2010 examen 3
TEXTO I
1 Pero lo que más contento me daba en este método era que, con él, tenía la seguridad
2 de emplear mi razón en todo, si no perfectamente, por lo menos lo mejor que fuera en
3 mi poder. Sin contar con que, aplicándolo, sentía que mi espíritu se iba acostumbrando
4 poco a poco a concebir los objetos con mayor claridad y distinción, y que, no
5 habiéndolo sujetado a ninguna materia particular, prometíame aplicarlo con igual fruto
6 a las dificultades de las otras ciencias, como lo había hecho a las del álgebra. No por eso
7 me atreví a empezar luego a examinar todas las que se presentaban, pues eso mismo
8 fuera contrario al orden que el método prescribe; pero habiendo advertido que los
9 principios de las ciencias tenían que estar todos tomados de la filosofía, en la que aún
10 no hallaba ninguno que fuera cierto, pensé que ante todo era preciso procurar establecer
11 algunos de esta clase, y, siendo esto la cosa mas importante del mundo y en la que son
12 más de temer la precipitación y la prevención, creí que no debía acometer la empresa
13 antes de haber llegado a más madura edad que la de veintitrés años, que entonces tenía,
14 y de haber dedicado buen espacio de tiempo a prepararme, desarraigando de mi espíritu
15 todas las malas opiniones a que había dado entrada antes de aquel tiempo, haciendo
16 también acopio de experiencias varias que fueran después la materia de mis
17 razonamientos, y, por último, ejercitándome sin cesar en el método que me había
18 prescrito, para afianzarlo mejor en mi espíritu.
[R. DESCARTES, Discurso del método, 2ª parte., traducción de M. García Morente].
CUESTIONES:
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ª. Define los términos relacionados “razón” y “método”, partiendo de la
información
ofrecida por el texto y completándola con los conocimientos que tengas de la
filosofía del autor.
3ª Redacción: Dualismo antropológico en Descartes.
4ª Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que
juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con otros filósofos,
con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen
relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporaneo
TEXTO I
1 Pero lo que más contento me daba en este método era que, con él, tenía la seguridad
2 de emplear mi razón en todo, si no perfectamente, por lo menos lo mejor que fuera en
3 mi poder. Sin contar con que, aplicándolo, sentía que mi espíritu se iba acostumbrando
4 poco a poco a concebir los objetos con mayor claridad y distinción, y que, no
5 habiéndolo sujetado a ninguna materia particular, prometíame aplicarlo con igual fruto
6 a las dificultades de las otras ciencias, como lo había hecho a las del álgebra. No por eso
7 me atreví a empezar luego a examinar todas las que se presentaban, pues eso mismo
8 fuera contrario al orden que el método prescribe; pero habiendo advertido que los
9 principios de las ciencias tenían que estar todos tomados de la filosofía, en la que aún
10 no hallaba ninguno que fuera cierto, pensé que ante todo era preciso procurar establecer
11 algunos de esta clase, y, siendo esto la cosa mas importante del mundo y en la que son
12 más de temer la precipitación y la prevención, creí que no debía acometer la empresa
13 antes de haber llegado a más madura edad que la de veintitrés años, que entonces tenía,
14 y de haber dedicado buen espacio de tiempo a prepararme, desarraigando de mi espíritu
15 todas las malas opiniones a que había dado entrada antes de aquel tiempo, haciendo
16 también acopio de experiencias varias que fueran después la materia de mis
17 razonamientos, y, por último, ejercitándome sin cesar en el método que me había
18 prescrito, para afianzarlo mejor en mi espíritu.
[R. DESCARTES, Discurso del método, 2ª parte., traducción de M. García Morente].
CUESTIONES:
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ª. Define los términos relacionados “razón” y “método”, partiendo de la
información
ofrecida por el texto y completándola con los conocimientos que tengas de la
filosofía del autor.
3ª Redacción: Dualismo antropológico en Descartes.
4ª Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que
juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con otros filósofos,
con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen
relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporaneo
Historia de la filosofia pau 2009-2010 examen 2
Historia de la filosofia pau 2009-2010 examen 2
TEXTO II
1 Pero tú mismo —se dice— sólo practicas la virtud porque esperas de ella algún
2 placer. En primer lugar, si la virtud ha de proporcionar placer, no se la busca por él,
3 pues no lo proporciona sino por añadidura, y no se esfuerza por conseguirlo, sino que su
4 esfuerzo, aunque tienda a otra cosa, lo alcanzará también. Así como en un campo arado
5 para la siembra nacen aquí y allá algunas flores, pero no se ha tomado tanto trabajo por
6 esas hierbecillas, aunque deleiten los ojos —el propósito del sembrador fue otro, y esto
7 sobrevino—, así también el placer no es el pago ni la causa de la virtud, sino algo
8 accesorio; y no se lo acepta porque deleite, sino que, si se lo acepta, también deleita.
9 El sumo bien reside en el mismo juicio y en la disposición de un espíritu perfecto;
10 cuando éste ha llenado todo su ámbito y se ha ceñido a sus límites, se ha realizado el
11 sumo bien y ya no se desea nada más. Pues nada hay fuera de todo, ni tampoco más allá
12 del fin. Por eso yerras cuando preguntas qué es aquello por lo que busco la virtud; pues
13 buscas algo por encima de lo más alto. ¿Preguntas qué busco en la virtud?: ella misma;
14 pues no tiene nada mejor y es el premio de sí misma. ¿O es esto poca cosa? Cuando te
15 diga: «El sumo bien es la firmeza y previsión y agudeza y cordura y libertad y armonía
16 y compostura de un alma inquebrantable», ¿vas a exigir todavía algo mayor a que se
17 refieran todas estas cosas? ¿Para qué me hablas del placer? Busco el bien del hombre,
18 no el del vientre, que las bestias y las fieras tienen más grande.
[SÉNECA, Sobre la felicidad, 9, traducción de Julián Marías].
CUESTIONES:
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ª. Define el término “sumo bien”, partiendo de la información ofrecida por el texto
y completándola con los conocimientos que tengas de la filosofía del autor.
3ª Redacción: Placer y moral en Epicuro.
4ª Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que
juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con otros filósofos,
con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen
relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporáneo.
TEXTO II
1 Pero tú mismo —se dice— sólo practicas la virtud porque esperas de ella algún
2 placer. En primer lugar, si la virtud ha de proporcionar placer, no se la busca por él,
3 pues no lo proporciona sino por añadidura, y no se esfuerza por conseguirlo, sino que su
4 esfuerzo, aunque tienda a otra cosa, lo alcanzará también. Así como en un campo arado
5 para la siembra nacen aquí y allá algunas flores, pero no se ha tomado tanto trabajo por
6 esas hierbecillas, aunque deleiten los ojos —el propósito del sembrador fue otro, y esto
7 sobrevino—, así también el placer no es el pago ni la causa de la virtud, sino algo
8 accesorio; y no se lo acepta porque deleite, sino que, si se lo acepta, también deleita.
9 El sumo bien reside en el mismo juicio y en la disposición de un espíritu perfecto;
10 cuando éste ha llenado todo su ámbito y se ha ceñido a sus límites, se ha realizado el
11 sumo bien y ya no se desea nada más. Pues nada hay fuera de todo, ni tampoco más allá
12 del fin. Por eso yerras cuando preguntas qué es aquello por lo que busco la virtud; pues
13 buscas algo por encima de lo más alto. ¿Preguntas qué busco en la virtud?: ella misma;
14 pues no tiene nada mejor y es el premio de sí misma. ¿O es esto poca cosa? Cuando te
15 diga: «El sumo bien es la firmeza y previsión y agudeza y cordura y libertad y armonía
16 y compostura de un alma inquebrantable», ¿vas a exigir todavía algo mayor a que se
17 refieran todas estas cosas? ¿Para qué me hablas del placer? Busco el bien del hombre,
18 no el del vientre, que las bestias y las fieras tienen más grande.
[SÉNECA, Sobre la felicidad, 9, traducción de Julián Marías].
CUESTIONES:
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ª. Define el término “sumo bien”, partiendo de la información ofrecida por el texto
y completándola con los conocimientos que tengas de la filosofía del autor.
3ª Redacción: Placer y moral en Epicuro.
4ª Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que
juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con otros filósofos,
con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen
relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporáneo.
Historia de la filosofia pau 2009-2010 examen 1
Historia de la filosofia pau 2009-2010 examen 1
TEXTO I
1 —Así es, compañero —dije yo—. Si encuentras modo de proporcionar a los que han de
2 mandar una vida mejor que la del gobernante, es posible que llegues a tener una ciudad
3 bien gobernada, pues ésta será la única en que manden los verdaderos ricos, que no lo
4 son en oro, sino en lo que hay que poseer en abundancia para ser feliz: una vida buena y
5 juiciosa. Pero donde son mendigos y hambrientos de bienes personales los que van a la
6 política creyendo que es de ahí de donde hay que sacar las riquezas, allí no ocurrirá así.
7 Porque, cuando el mando se convierte en objeto de luchas, esa misma guerra doméstica
8 e intestina los pierde tanto a ellos como al resto de la ciudad.
9 —Nada más cierto —dijo.
10 —Pero ¿conoces —dije— otra vida que desprecie los cargos políticos excepto la del
11 verdadero filósofo?
12 —No, ¡por Zeus! —dijo.
13 —Ahora bien, no conviene que se dirijan al poder en calidad de amantes de él, pues, si
14 lo hacen, lucharán con ellos otros pretendientes rivales.
15 —¿Cómo no?
16 —Entonces, ¿a qué otros obligarás a dedicarse a la guarda de la ciudad sino a quienes,
17 además de ser los más entendidos acerca de aquello por medio de lo cual se rige mejor
18 el Estado, posean otros honores y lleven una vida mejor que la del político?
19 —A ningún otro —dijo.
[PLATÓN, La República, 521a-b, traducción de José María Pabón y Manuel Fernández
Galiano].
CUESTIONES:
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ª. Define el término “político”, partiendo de la información que ofrece el texto y
complétala con los conocimientos que tengas de la filosofía del autor.
3ª. Redacción: Opinión (dóxa) y conocimiento (epistéme) en la filosofía de Platón.
4ª. Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que
juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con otros filósofos,
con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen
relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporáneo.
TEXTO I
1 —Así es, compañero —dije yo—. Si encuentras modo de proporcionar a los que han de
2 mandar una vida mejor que la del gobernante, es posible que llegues a tener una ciudad
3 bien gobernada, pues ésta será la única en que manden los verdaderos ricos, que no lo
4 son en oro, sino en lo que hay que poseer en abundancia para ser feliz: una vida buena y
5 juiciosa. Pero donde son mendigos y hambrientos de bienes personales los que van a la
6 política creyendo que es de ahí de donde hay que sacar las riquezas, allí no ocurrirá así.
7 Porque, cuando el mando se convierte en objeto de luchas, esa misma guerra doméstica
8 e intestina los pierde tanto a ellos como al resto de la ciudad.
9 —Nada más cierto —dijo.
10 —Pero ¿conoces —dije— otra vida que desprecie los cargos políticos excepto la del
11 verdadero filósofo?
12 —No, ¡por Zeus! —dijo.
13 —Ahora bien, no conviene que se dirijan al poder en calidad de amantes de él, pues, si
14 lo hacen, lucharán con ellos otros pretendientes rivales.
15 —¿Cómo no?
16 —Entonces, ¿a qué otros obligarás a dedicarse a la guarda de la ciudad sino a quienes,
17 además de ser los más entendidos acerca de aquello por medio de lo cual se rige mejor
18 el Estado, posean otros honores y lleven una vida mejor que la del político?
19 —A ningún otro —dijo.
[PLATÓN, La República, 521a-b, traducción de José María Pabón y Manuel Fernández
Galiano].
CUESTIONES:
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura
argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ª. Define el término “político”, partiendo de la información que ofrece el texto y
complétala con los conocimientos que tengas de la filosofía del autor.
3ª. Redacción: Opinión (dóxa) y conocimiento (epistéme) en la filosofía de Platón.
4ª. Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que
juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relación con otros filósofos,
con hechos históricos relevantes (especialmente si son coetáneos del autor o tienen
relación con su vida) o con rasgos significativos del mundo contemporáneo.
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