Las ciudades musulmanas (medinas) estaban articuladas en torno a tres ejes fundamentales: el
palacio o alcazaba, la mezquita aljama y el mercado o zoco. Las distintas ciudades de al-Andalus
contarán con una alcazaba que ejercerá funciones militares y residenciales del gobernador musulmán. Caso especial lo constituyen los complejos palaciegos de Córdoba (Medinat al-Zahra)
en época califal o la Aljafería de Zaragoza durante el periodo de Taifas.
La mezquita es el centro de la vida religiosa de las ciudades andalusíes. Aunque los distintos
barrios cuentan con pequeñas mezquitas, la gran mezquita aljama concentraba la oración de los
viernes. Destaca sobre todas la mezquita de Córdoba, erigida sobre la antigua catedral visigoda y
que fue progresivamente ampliada a lo largo del periodo omeya. Las mezquitas han permitido a los
investigadores estimar la población de las ciudades musulmanas. Las mezquitas andalusíes
mantenían el esquema típico de esta construcción musulmana: un patio o sahn donde se encuentra
la fuente para las abluciones (sabil), la escuela coránica (madraza) y el alminar o minarete; el haran o
recinto sagrado se divide en qibla –muro orientado a La Meca-, mihrab –hornacina donde se
conserva el Corán-, la Mansura –espacio para las autoridades- y el mimbar o púlpito
sábado, 21 de noviembre de 2009
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