Como el Mediterráneo para Aragón, el Atlántico era una prioridad de Castilla. Aquí chocaron
los intereses de los Reyes Católicos con la expansión portuguesa en la costa africana en busca del
comercio con las Indias. En Canarias, Castilla y Portugal disputaron por el control de las islas. Los
Reyes Católicos disputaron la soberanía de las cuatro islas de señorío y conquistaron las otras tres
(Tenerife, Gran Canaria y La Palma, islas de realengo). El Tratado de Alcaçovas-Toledo (1479) pondría fin a las disputas entre Castilla y Portugal aceptándose la soberanía castellana de las islas y
la legitimidad de Isabel en el trono, a la vez que se reservaba a Portugal el dominio de la costa
atlántica. El documento contribuyó a restaurar las relaciones entre los reinos y preparar una unión
dinástica. De esta forma, se casó Isabel (hija de los Reyes Católicos) con Manuel de Portugal, cuyo
hijo Miguel debía heredar las tres coronas. Muerto el príncipe y su madre, el rey casó de nuevo con
otra hija de los Reyes Católicos, María, con quien tuvo entre otros a Isabel. Esta Isabel de Portugal
sería la futura esposa de Carlos V y madre de Felipe II, bajo cuyo imperio se unieron los reinos
hispánicos.
sábado, 21 de noviembre de 2009
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